Este pasado sábado visité el museo Guggenheim de Bilbao para poder disfrutar de su exposición sobre el Expresionismo Abstracto y para, del mismo modo, poder compartir mi experiencia con vosotros e informaros a aquellos que no hayáis tenido la oportunidad de acercaros a verla. Ha sido organizada por la Royal Academy of Arts de Londres en colaboración con el museo bilbaíno y, gracias a ello, han conseguido reunir en esta muestra más de 130 obras entre pinturas, esculturas y fotografías, procedentes tanto de colecciones públicas como privadas de todo el mundo. Para poder mostraros todo el contenido, tanto el más general de la exposición, hablando del diseño expositivo, al más específico, tratando temas de técnicas y de obras concretas, he dividido el contenido en dos entradas. En esta primera os introduzco temas que tratamos ligeramente en el post anterior y otros nuevos acerca de las teorías y conceptos que sobrevolaban el contexto histórico-artístico de los llamados expresionistas abstractos.
Como dicen en el propio folleto de la exposición “la etiqueta colectiva (de expresionistas abstractos) que el crítico Robert Coates acuñó en 1946 sugiere dos polos opuestos: la intensidad emocional del Expresionismo Alemán y la estética formal de la Abstracción europea”. Y ciertamente esto se puede relacionar también con esos dos polos en los que se podría englobar la producción artística de estos autores, lo que ya nombramos en el post anterior como Action painting, es decir, aquella pintura en la cual la propia “acción” del artista, su cuerpo, su gestualidad y su presencia se pueden palpar y casi revivir al apreciar su obra; y, por otro lado lo que se conoce como Color field, es decir, pintura realizada a base de “campos de color”, que como su propio nombre indica serían aquellas pinturas basadas en crear juegos de percepción visual a través de los colores. Uno de los mayores exponentes en trabajar y dar cuerpo teórico a este juego cromático y perceptivo fue Hans Hoffman (1880-1966), que desarrolló una teoría que ha sido llamada por los especialistas como Push/Pull. Esta teoría explica cómo nuestro ojo tiende a percibir los colores cálidos como más cercanos (push), como si avanzasen hacia nosotros, mientras que los colores fríos parecen retroceder (pull). De hecho, en una de sus obras presente en esta exposición, titulada In Sober Ectasy (1965), juega con las pinceladas, las formas y los colores para que nuestro ojo se mueva entre los elementos que configuran el fondo y la forma, tanto en un sentido de verticalidad como de profundidad. Para ello utiliza una gama cromática muy viva que podría relacionarse con Matisse (1869-1954) y los fauvistas, grupo artístico europeo de la primera mitad del siglo XX que se caracterizó por el protagonismo de los colores primarios en las obras de arte, aplicados incluso directamente de los tubos de pintura . En la misma línea podríamos destacar la obra de Mark Rothko (1903-1970) titulada Banda Amarilla (Yellow Band, 1956) un óleo sobre lienzo en el que los colores y las propias dimensiones de la obra parecen dominarte, invitándote a la contemplación. Rothko fue un artista que buscó que la propia presencia del espectador cobrara importancia, pues le interesaba lo que se creaba entre su arte y el público, la propia experiencia artística sin ninguna pretensión más. Con el objetivo de conseguirlo decidió liberar a sus obras de un título que pudiera desviar la atención de lo realmente importante, la pintura en esencia. Por ello fue uno de los mayores exponentes de lo que se suele llamar la pintura All-Over, es decir, aquella cuya intención es que la importancia de una obra esté repartida por toda la superficie pictórica, eliminando los conceptos de centro o periferia. Lo que está claro con todos estos artistas es que los conceptos artísticos de composición, fondo, figura o forma, que se conocían hasta entonces, cambiaron.

Mark Rothko, Banda amarilla (Yellow Band), 1956, Óleo sobre lienzo, 218,8 x 201,9 cm Sheldon Museum of Art, University of Nebraska – Lincoln. Sheldon Art Association, Thomas C. Woods Memorial, N-130.1961 © 1998 Kate Rothko Prizel and Christopher Rothko/VEGAP, Bilbao, 2016 Fotografía: © Sheldon Museum of Art
Esa presencia física del propio artista o del espectador, a la que aluden muchos de los expresionistas abstractos, también se va a ver representada en el ámbito escultórico a través de las obras de David Smith (1906-1965). Él buscaba evocar, con formas erguidas y geométricas de acero soldado, la presencia humana y también otras formas, como las arquitectónicas. En este sentido destaca su escultura de acero pintado Volton XVIII (1963), realizada a través de planos y secciones circulares y para la cual se reservó una ubicación privilegiada dentro de la exposición.
Además, hay que destacar la escala colosal de la mayor parte de las obras de arte de esta exposición, que no podrían haber tenido un mejor marco expositivo que este museo de amplios y luminosos espacios. Hubo salas en concreto que me impresionaron en mayor medida, como la dedicada en su totalidad a Clyfford Still (1904-1980), o la reservada para los artistas Barnett Newman (1905-1970), Ad Reinhardt (1913-1967), David Smith y Adolph Gottlieb (1903-1974), en la que los vivos y saturados colores de sus obras resaltaban frente al blanco de las paredes. La altura de estas salas hacía que pareciesen realmente monumentales estas obras que, en el caso de Newman y de Still, tienden a hacer énfasis precisamente en esa verticalidad.

Clyfford Still, PH-950, 1950, Óleo sobre lienzo, 233,7 x 177,8 cm Cortesía Clyfford Still Museum, Denver, Colorado © City and County of Denver, VEGAP, Bilbao, 2016
Algunas de las que se podían ver en la sala colectiva fueron, entre otras, Pintura Abstracta (Abstract Painting, 1950), Pintura Roja (Red Painting (1952) y Pintura Abstracta No. 23 (Abstract Painting No. 23, 1963), de Reinhardt; y de Newman, Eva (Eve, 1950), Adán (Adam, 1951-52), Perfil de luz (Profile of light,1967) o su escultura Aquí (A Marcia) (Here I (To Marcia), 1950) que, junto a otras, puede verse en la imagen. Esta sala, que parecía el santuario de las obras de estos artistas, nos ponía a prueba mediante los juegos de percepción visual de Reinhardt con los que busca que participemos de ellas, acomodando nuestra vista a cada reto que nos propone. En Pintura Abstracta No. 23 (Abstract Painting No. 23, 1963) podemos pensar a primera vista que nos encontramos ante un sencillo cuadro negro pero, si le dedicamos unos instantes, veremos cómo nuestro ojo se acostumbra y comienza a captar todas las diferentes gamas cromáticas que poseen los cuadrados de color que realmente conforman la obra. O la pintura Adán (Adam, 1951-52) de Newman, un óleo de grandes dimensiones en el que juega, a través de sus líneas de color o zip, como suelen denominarlas, con colores de tono rojizo pero en términos de translucidez y opacidad. En resumen, un trabajo colaborativo entre las obras y el diseño expositivo, que se conjuga en una simbiosis cercana a la que podrían buscar los propios artistas.
El mayor cuerpo expositivo lo conformaba una galería de grandes dimensiones dividida en secciones dedicadas, las primeras, a varios artistas, como Richard Pousette-Dart (1916-1992), Norman Lewis (1908-2003), Jackson Pollock (1912-1956) o Hans Hoffman y, las consecutivas, a artistas concretos, como Arshile Gorky (1904-1948), Willem de Kooning (1904-1997), Franz Kline (1910-1962) y, por último, la gran sala dedicada a Mark Rothko. Todas ellas permiten apreciar la evolución del arte de cada uno, así como encontrar puntos de conexión tanto temática, pues muchos fueron moviéndose a lo largo de sus vidas entre la figuración y la abstracción; como técnica, ámbito que será abordado, junto a estos autores, de manera más detallada en el próximo post.
Como experiencia me ha resultado muy enriquecedora pues nunca había visitado este museo y, aunque son 16€ de entrada, realmente ha merecido la pena. Te incluye la audioguía, que sirve como complemento explicativo a las exposiciones, y puedes visitar todo el museo, tanto la colección permanente como las exposiciones temporales, una de las cuales os hablaré en los próximos días para que os animéis a visitarla. En cuanto al diseño expositivo sigue la estética del White Cube y lo único que cabría señalar, al menos para mí, son, como puntos negativos, la escasez de asientos en prácticamente todas las salas, algo importante tratándose de una exposición de más de 130 obras, y la colocación de las cartelas. Algunas estaban en las paredes, pero otras se encontraban en el suelo y eso dificultaba poder leerlas cómodamente, obligando al espectador a permanecer agachado mientras las leía. Como puntos positivos por otra parte estarían los propios espacios expositivos, en los que se preocuparon por reservar salas para exponer las obras de un artista de manera individual y así poder ver la evolución de su producción a lo largo de los años. Mientras que en otras se crearon diálogos, contrastes y confrontaciones entre las obras de diferentes artistas, creando un ambiente muy enriquecedor, como el que se creaba en la sala dedicada a Pollock. En ella se pudieron ver desde una escultura de David Smith, una pintura de enormes dimensiones de Robert Motherwell titulada Elegía a la República Española No. 126 (Elegy to the Spanish Republic No. 126, 1965-75), hasta dos pinturas de Lee Krasner, como eran Sin título (Untitled, 1948) y El ojo es el primer círculo (The eye is the first Circle, 1960). Ambas son importantes exponentes del Expresionismo Abstracto, la primera de ellas puro Action Painting, aunque con un carácter más preciosista que el que pudiésemos ver en una obra de Pollock, tratando del mismo modo cada pequeña parte de la obra. En ellas une el dripping con una aplicación de los colores a través de pequeñas pinceladas, cercanas al puntillismo; y la segunda, más relacionada con un sentido más figurativo de la obra, aunque con una pincelada muy firme y libre, que le confiere un carácter más gestual marcando la presencia física de la propia artista y que se podría relacionar con la técnica de otros pintores presentes en la exposición como Willem de Kooning. Él y muchos otros serán tratados en el próximo post.
¡Aquí os espero!
1 comment
Me encanta!
Está muy bien explicado, serías una excelente guía para llevarme de visita a los museos.
Espero el próximo post.