Más allá de la abstracción, de la figuración, del Color field o del Action painting, está la técnica, y ella será la protagonista de este nuevo post. Como historiadora, pero sobre todo como restauradora, tiendo a fijarme y a darle una gran importancia a la técnica que utiliza cada artista, investigando sobre qué telas o tablas utilizaban, qué preparación, qué pintura, si óleo, acrílico o una combinación de ambas o qué proporción de aglutinante utilizaban para conseguir según qué efecto visual en la obra. Es decir, dentro de todas las posibilidades plásticas que ofrece la pintura, cuál de todas eligieron en cada una de sus etapas artísticas. Esto te permite aprender sobre la propia época en la que el artista vivió, pues muchos probaban productos nuevos y experimentaban con ellos, mientras que otros se mantenían en una técnica más tradicional, mezclando, como hicieran los artistas de siglos anteriores, el propio pigmento en polvo con el aglutinante de manera manual. También nos permite aprender cómo fue el artista y qué le interesó en cada etapa de su vida, pues pocos se quedaron estáticos, siguiendo la misma técnica desde el comienzo hasta el final de sus días.
Toda esta técnica, es muy importante en el periodo del Expresionismo Abstracto, pues buscaban crear algo nuevo. La vanguardia artística siempre había estado en Europa, y en la segunda mitad del siglo XX estos artistas quisieron convertirse en el foco de una nueva vanguardia creada por ellos. Esto llevó, como no podía ser de otra manera, a una época de gran experimentación técnica, además de conceptual. Hay que saber que esos efectos artísticos, empastes, pinceladas, golpes de pintura, dripping o cualquiera de las técnicas que utilizaron, requieren de un gran conocimiento de los pigmentos, de las diferentes propiedades de los aglutinantes dependiendo su composición, o conocimiento sobre los posibles aditivos que se podían agregar a la pintura para conseguir diferentes resultados. En todo ello también cobra un papel importante la propia superficie sobre la que se trabaja, su nivel de absorción, su textura, si posee preparación o no, y nada de ello fue dejado al azar por los artistas del Expresionismo Abstracto.
Enlazando con la exposición que tuvo lugar en el Museo Guggenheim de Bilbao, hay que destacar no sólo la gran cantidad de obras que se expusieron, sino su variedad técnica, tanto en ejecución como en su composición. Dentro de esa variedad de ejecución, pudimos ver obras realizadas con fuertes empastes, trabajando incluso con espátula o directamente del tubo de pintura. Esto se aprecia en la obra Ondulación (Undulation, 1941-42) de Richard Pousette-Dart (1916-1992), quien trabajaba creando formas sinuosas a través de pinceladas pequeñas pero firmes, y unos fuertes empastes casi escultóricos, que generan una superficie llena de desniveles. El trabajo que lleva a cabo Pousette-Dart en esta obra se asemeja a la obra Niebla Nocturna (Night Mist, 1945) de Jackson Pollock (1912-1956), en la cual trabajó la pintura tanto a nivel técnico como compositivo de manera muy semejante, reflejando también esa agresividad plástica sobre el lienzo; o Clyfford Still (1904-1980), que aplicaba la pintura con espátula en sus obras de gran contraste y riqueza cromática, con colores muy saturados y composiciones que tienden a la verticalidad. Como Barnett Newman (1905-1970), también jugaba con líneas de color en sus obras para que nuestro ojo se mueva por la superficie del lienzo.
Esos juegos visuales cromáticos que existían en la obra de Newman y Still se verían después en la obra de otros como Sam Francis (1923-1994), perteneciente a la que se denominó como segunda generación de expresionistas abstractos. Obras como Sin título (Untitled, 1956) y Verano No. 2 (Summer No.2, 1957) reflejan la influencia de esos y muchos otros artistas de estos años, trabajando con colores primarios, dándole una gran importancia al aspecto cromático de la obra además del compositivo y trabajando sobre lienzos de grandes dimensiones. En su caso el blanco también es un color predominante, sirviendo en sus obras como fondo, además de los primarios, creando composiciones luminosas muy elegantes a través de la superposición de veladuras, es decir, de capas translúcidas de color. En estas veladuras Sam Francis trabajó con la pintura tan diluida que terminaba goteando por la superficie del cuadro, enfatizando la verticalidad y el aspecto plástico de la obra, junto con la técnica del dripping que también utilizaba en sus lienzos. Una artista en cuya obra confluyen todas las posibilidades plásticas de este periodo es Joan Mitchell (1925-1992). Trabajaba la pintura en sus obras con brochas, pinceles y espátulas, pero también con sus propias manos, combinando áreas de fuertes empastes y otras aplicando la pintura muy diluida, un recurso plástico típico de este periodo. Su obra Salut Tom (1979) está conformada por cuatro lienzos de gran tamaño y es puro expresionismo abstracto, como pudo comprobarse en la exposición del Museo Guggenheim de Bilbao. Los cuatro lienzos que la configuran se combinan conformando una obra cuya composición está elaborada con una técnica propia del Action painting y realizada en un completo sentido all-over cubriendo la superficie con unos campos de color verdes, amarillos y azules de tonos muy vivos que han sido relacionados con la vanguardia europea y, más concretamente, con una influencia directa de los nenúfares de Claude Monet. Por su parte, Helen Frankenthaler (1928-2011) estuvo representada en la exposición a través de su obra Europa (1957). En esta obra la pintura y el propio lienzo son tratados de una manera muy original, casi como si se tratara de una tinta más que de un óleo. Esta artista trabajó con lienzos sin preparar, de manera que la pintura era absorbida por la tela de tal manera que el aceite que compone el óleo se extiende más allá del trazo marcado con el pincel. La pintura es aplicada en esta obra de manera muy diluida, ya sea añadiéndole disolvente o añadiéndole más aceite de linaza, el cual compone la propia pintura al óleo. Después, de manera más puntual, se pueden apreciar pinceladas con las que aplica el color de manera más densa, casi con la pintura y el pincel secos, para aportar mayor riqueza plástica a la obra. A continuación, se puede ver un detalle de la pintura que congrega todas estas características.

Helen Frankenthaler, Europa, 1957. Óleo sobre lienzo, 177,8 x 138,4 cm. Helen Frankenthaler Foundation, Nueva York © Helen Frankenthaler / VEGAP, Bilbao, 2016 Fotografía: Robert McKeever
Otras muchas técnicas y soportes que se pudieron ver dentro de la exposición del Guggenheim de Bilbao fue el collage, como en la obra Muro Este (East Wall, 1959) de Conrad Marca-Relli (1913-2000); el gouache y acuarela sobre papel en la obra Sin título (Untitled, ca. 1944) de Mark Rothko (1903-1970); o el óleo y el acrílico sobre distintos soportes como el papel, que en algunas ocasiones se montaba en tabla o lienzo, como ocurre en la obra Sin título (Mujer en el Bosque) (Untitled (Woman in Forest), ca. 1963-64) de Willem de Kooning.

Willem De Kooning, Sin título (Mujer en un bosque) [Untitled (Woman in Forest)], ca. 1963–64. Óleo sobre papel, montado sobre masonita. 73,7 x 86,4 cm. Colección particular © The Willem de Kooning Foundation, Nueva York /VEGAP, Bilbao, 2016
También se pudieron ver obras realizadas con técnica mixta a través de la cual se podían ver en una misma obra una combinación de óleo, esmalte y pintura de aluminio, en el caso de Pollock, o, por ejemplo, la combinación de caseína y grafito, como se pudo ver en la obra A las cinco de la tarde (At five in the afternoon, 1948-49) de Robert Motherwell (1915-1991). Este artista, al igual que Sam Francis o Clyfford Still, genera un motivo e insiste sobre él, creando en su caso fuertes empastes como resultado final de ese trabajo de repetición plástica. Esto se pudo ver en su obra Pintura Mural No. III (Wall Painting No. III, 1953), donde también se puede apreciar un juego entre áreas brillantes y otras mates, las primeras conseguidas a través del color blanco y las segundas con los negros y ocres.

Robert Motherwell, Pintura mural, n.º III (Wall Painting No. III), 1953. Óleo sobre lienzo. 137,1 x 184,5 cm. Colección particular. Cortesía Hauser & Wirth © Dedalus Foundation, Inc. /VAGA, Nueva York/VEGAP, Bilbao, 2016
Ese insistir en la misma idea lo veremos también ya no sólo en repetir con el pincel un motivo en varias aplicaciones de pintura superpuestas, sino una repetición de motivos en la obra. La mirada es uno de los más recurrentes en las obras de muchos de estos artistas, en unas de manera más explícita, como múltiples ojos que parecen observarnos, y en otras ligeramente simuladas, como en la obra Ondulación (Undulation, 1941-42) de Richard Pousette-Dart, en la obra Masculino y Femenino (Male and Female, 1942-43) de Jackson Pollock, en la obra El Porche (The Porch, 1946-47) de Philip Guston, o en la obra de Lee Krasner El ojo es el primer círculo (The eye is the first circle, 1960). O también la repetición de formas humanas como en la obra Mural (1943) de Pollock, un óleo y caseína sobre lienzo de enormes dimensiones realizado con amplias pinceladas de colores muy vivos combinadas con dripping.

Jackson Pollock, Mural, 1943. Óleo y caseína sobre lienzo. 243,2 x 603,2 cm. The University of Iowa Museum of Art. Donación de Peggy Guggenheim, 1959.6. © The Pollock-Krasner Foundation, VEGAP, Bilbao, 2016
¡Hasta aquí el post de hoy! Abajo os dejo algunos enlaces a las webs de las fundaciones o museos que albergan las obras de algunos de los artistas que os he ido citando para los que estéis interesados en saber más de ellos y conocer mejor sus obras.
¡Aquí os espero!
- Sam Francis Foundation
- Artículo de la Royal Academy of Arts, titulado How Abstract Expressionism changed modern art, por David Anfam. Contiene en imagen la obra citada de Sam Francis, Untitled (1956) y varias obras de otros artistas de este periodo.
- Joan Mitchel Foundation, obra Salut Tom (1979)
- Obra de la serie Undulation de Richard Pousette-Dart, perteneciente al Metropolitan Museum of Art
- Clyfford Still Museum
- Helen Frankenthaler Foundation
- Apartado dedicado a Conrad Marca-Relli dentro de la Web de The Gugghenheim Museums and Foundation
- Obra de Philip Guston, El Porche (The Porch, 1946-47), en el Krannert Art Museum